martes, 10 de enero de 2017

Der, Die oder Das?



Mes 5: 75% de comprensión hablada.

Decía mi abuelo siempre, mijo Ud. esta para cosas grandes. Nunca entendí a que se refería pero la ilusión que lo llenaba de orgullo y alegría a mi me llenaba el corazón. Ser el elegido para cargar con el peso de la necesidad en una familia humilde, con problemas intestinos y que al igual que mi país, siempre me hicieron correr lejos y querer estar solo, no es fácil. A pesar de intentar ser un intocable, las balas siempre pasan y raspan. Pero como decía anteriormente, igual me llenaba de orgullo al ver la cara de mi abuelo al hablarme o saludarme.

Tal vez por eso cuando me encuentro totalmente solo me pongo a pensar en cuantas de las metas que depositaron en mi desde la infancia he logrado alcanzar y cada vez veo mas lejos llegar a ese llamado de grandeza con la anticipación que me llenaba los ojos de luz y alegría cuando era mas pequeño.

A veces en el espejo solo veo fracasos y miedos, que se me escapan en suspiros y lagrimas que mis ojos alcazan a atajar para que el frio invierno alemán no congele. Me precipito así a conclusiones equivocas y menosprecio el camino que tan duramente y a traves de sangre me he labrado, porque a pesar de todo, lo que tengo y cuanto soy me lo he creado a punta de trabajo solitario en el cual nadie me ha ayudado nunca. Soy de esos que puede decir sin miedo a equivocarse que no le debe nada a nadie y que los únicos que pueden sentarse a mi lado siempre con el orgullo de la lucha al compás mio son mis padres.

Llevo ya 5 meses en un país ajeno a mi, con distintas formas de apropiación cultural y social, que me ha dado sorpresas no solo para bien sino algunas veces para mal, pero que sin importar mis historias me abrio las puertas de par en par. Que no es fácil es cierto, que el idioma no es una cuestión sencilla también lo es, pero esto hace parte del sueño y la meta aún esta lejos de llegar siquiera a verse.

Realizar un viaje solo, como hace poco leía en el blog de una amiga, es un viaje hacia uno mismo, y es también un viaje hacia el perdón, a encontrarse y aceptarse, a sanar cada herida que mantuvo abierta y que ahora tiene que cerrar para poder seguir el viaje, acabar con el desgaste fisico y emocional que conlleva el horripilante hallazgo de tenerse miedo o aceptarse como un ser horrible. Tener que dejar de escudarse en un capparazón llamado familia y zona de confort, que aliviana el peso de tus errores y que algunas veces no te deja avanzar.

Llevo 5 meses de aprendizajes, de rechazos y de abrazos, de trasnoches, cerveza y nuevas amistades. Así como 5 meses también de revaluaciones del pasado y de viejas relaciones que ahora no estan y que cuando miras al frente entiendes el porque. No se que parte de mi viaje interior y exterior sea este, no me interesa pensarlo tampoco de momento, pero si quiero decir que miro hacia el frente y se que, al igual que me lo decía mi abuelo, hoy me lo digo yo mismo lleno de ilusión y fuerza. Estas para grandes cosas, tal vez no sean grandes cosas para algunos, pero para mi el solo hecho de poder levantarme cada día  decir que vivo mi sueño es una meta que no muchos tienen la dicha de poder saborear.

Der Die oder Das? Es ist egal für mich, Ich will bleiben wo mein Herz reden.

viernes, 26 de febrero de 2016

Cartas cruzadas

Son cartas cruzadas
nociones en el sinsentido
le encuentro significado a tus letras
pero me encierro en mi silencio

cartas cruzadas que alimentan
alimentan mi alma y mi ego
pero al final son nociones
ideas de lo que imagino y no es

Mal interpretaciones de direcciones
de palabras, de abrazos y besos
de cartas que se cruzan en el etéreo
de sueños que se juntan en tu poesía

Tu misma eres la respuesta inconsciente
la necesidad de malinterpretar
la felicidad efímera de la creencia
el alma hecha polvo y hollín

Quiero cubrirme de ti
de tu alma, de tu amor, de tu cuerpo
pero el miedo me ciega
me lleva a conclusiones lejanas
lejanas a la realidad de tus letras

Somos cartas cruzadas
extraviamos el camino
nos encontramos en el sendero
pero fuimos remitidas a distintos destinatarios
comprensiones erróneas
enojos volátiles
cartas cruzadas por un destino poético .

martes, 16 de febrero de 2016

El eterno devenir de la tristeza


Que la soledad y la tristeza no van juntas es una de las mas grandes mentiras que me he dicho durante el ultimo cuarto de mi vida. No me concibo como un ser sin un lecho social del cual sacar y compartir mis entrañas, de ser un animal de seguro sería un lobo.
Hoy me refugio de nuevo entre letras, desgastando mi ya gastado ego, y asumiendo mi posición fetal frente a la sociedad en la que genero un rechazo intangible y del cual solo busco defenderme con chistes y comentarios que alejen sus miradas de mi vulnerabilidad.
La soledad me abraza en su intenso y corriente abrigo, me acalora y me empieza a asfixiar de tal forma que salgo corriendo de ella para encontrarme con rechazos constantes de personas alegres. Es cierto la fatalidad es mi amiga intelectual, pero también es la única que no me asfixia con su amistad, no requiere de mi nada ni me sujeta a tanto. De tanto en tanto sencillamente me acerca a su majestuosa infinidad y me coquetea con su sonrisa, una belleza tal solo puede ser descrita en letras de idiomas extraños y aún ajenos a mi, pero que anhelo poder interpretar.
El miedo al lanzamiento sobre un vacío que alimenta mi acrofobia, pero libera mi claustrofobica prisión, un estuche sin alma yace todos los días en mi cuarto y conduce ligeras rutinas que solo algunas de mis neuronas reconocen, pero que ha enmarcado mi vigor durante los últimos días de mi vida.
Pero ¿eres entonces un desdichado? NO, sencillamente acepto mi inoperancia social como un bálsamo para mi crudeza, un chiste largo de final estúpido, que no te lleva ni te entrega nada, pero que si consume todo tu tiempo y atención. Desdichados aquellos que no entienden aún el chiste que es vivir en un momento histórico y casi apocalíptico, en donde caminamos sobre puntas de campanas de Gauss destinadas a deslizarnos hacia lo mas bajo y destruir así toda estructura decente en nuestra sociedad. alguna vez lo leí y hoy ya simplemente lo entiendo. es un gran chiste nunca nadie ha podido idear uno mejor, todos reirian si su naturaleza egoista no los desviara del significado del mismo.
JA JA JA JUA...
Que la soledad y la tristeza no van juntas será una mentira que seguiré contando durante el resto de mi vida, pero en secreto reiré, porque ese si que es un gran chiste.

viernes, 22 de enero de 2016

Una Semana “Entre Nubes”


“I believe in a thing called love, just listen to the rhythm of my heart”

La semana de Inserción es una experiencia del programa de liderazgo universitario de las universidades de la compañía de Jesús, durante esta experiencia los cursantes se insertan (como indica su nombre) en una comunidad popular urbana con ciertas necesidades sociopolíticas, que confronte con la vida y que ofrezca la posibilidad de acceder a varios campos de acción social desde organizaciones, instituciones o fundaciones ya consolidadas. Fui Coordinador de una de las tres experiencias del año 2015 y el barrio en que se realizó fue Puerto Rico.
Un mes antes de ir a la experiencia se iniciaron los planteamientos del horario y la malla a trabajar en el sitio de inserción. Se analizaron las actividades con sumo cuidado para evitar caer en banalidades y además transmitir a los cursantes una formación sociopolítica y empática para disfrutar completamente la experiencia. Durante este mes mi equipo se comprometió con la creación de un horario acorde al tipo de trabajo diario en el campo y de la misma forma no agotar a los cursantes.
Durante este mes empezó algo que nosotros como equipo no veíamos venir de ninguna forma y que ciertamente fracturó, por lo menos, mi visión de muchas cosas dentro de mi vida. Una experiencia llena de altibajos desde el mes de asignación del equipo sobrevino para mí y para mi equipo de facilitación, reuniones que se alargaban y debates sobre prácticas y experiencias alimentaron la construcción y visión de lo que sería la experiencia.  
El mes anterior a la experiencia el equipo se preparó de manera exhaustiva para la misma, analizamos lugares importantes de la zona, que tipo de formaciones debían recibir y la manera en que queríamos  hacerlo. Decidimos, en conjunto, realizar una experiencia de manera horizontal, de tal forma que todos viviéramos la experiencia como iguales y esto empatizaría al grupo con la comunidad.
Llegó al fin el día de la experiencia y para mi desconcierto, dos de los cursantes decidieron que el programa no era algo significativo para ellos en su momento, por tanto resolvieron  declinar su invitación a participar más en el mismo. Esto golpeó al equipo, pero fue una excusa más para unirnos.
El primer día se centraron las actividades en conocer al grupo y mostrar mucha unidad dentro del equipo, desde ahí nació de a poco la “familia”. Las primeras experiencias tuvieron un tinte sociopolítico alto y de choque para algunos de los cursantes, no solo por las realidades expuestas, sino por la diferencia de mentalidades expuestas dentro del barrio, el pensamiento crítico del grupo en general empezó a tomar una forma y este primer día me dejo más que satisfecho, reconocer la forma y el momento en que mi equipo empezaba a responder a estas necesidades del grupo me hizo sentir no solo orgullo sino confianza, con conocimiento de causa que todo estaba saliendo bien y que además, después de todo lo vivido nada nos iba a tumbar.
En el segundo día el grupo se presentó a la comunidad y esto no fue lo realmente importante, durante la presentación llegaron varios integrantes del grupo que aún no habían llegado, tanto del equipo como de los cursantes y empezamos la experiencia de manera definitiva. Aunque antes de esto ya había pistas sobre la magia dentro del grupo, fue desde ese momento que se multiplicó la misma, y es qué sin saberlo el amor se empezó a esparcir dentro de todos y asimismo empezó a sembrarse dentro de la comunidad.
Algo es muy cierto en mi vida y es qué para encontrar a Dios solo hay que ver la sonrisa en los que te rodean y dentro de este grupo encontré a Dios en todo momento, y estoy seguro que no solo Yo me di cuenta de esto, sino que además entre ellos aprendieron a encontrar fortaleza en la sonrisa y en la felicidad del que está contigo, la lateralidad de las relaciones, el compromiso con la gente y un llamado al trabajo dentro de una comunidad se despertó no solo en mi equipo sino en todo el grupo de inserción, lo que hizo a la inserción fluir de manera poética.
Las charlas y los encuentros frente a diferentes realidades, el cuidado del ser y hacia sí mismo nos enseñó a todos muchas cosas, no solo sobre empatía, sino sobre asistencia consigo mismos y con los que nos rodean, que en este caso era una comunidad abierta a la discusión y a la comprensión de los distintos roles que se venían a cumplir, una comunidad llena de una belleza mística que solo se encuentra en la inocencia de la gente.
Yo venía a cumplir un rol y nunca creí que terminaría encontrando tal belleza, tanta esperanza y empuje, no solo de mi equipo y el grupo sino de toda una comunidad, es que en realidad no vivimos una inserción, porque no necesitamos insertarnos en ningún sitio, ellos eran nuestros hermanos, nuestras tías, nuestros abuelos, nuestros primos y sobrinos y es que cuando me di cuenta ya hacia parte de algo mucho más grande, hacía parte de una familia, dividida por calles, ventanas y escaleras, una familia con tiendas y restaurantes.
Alguna vez alguien me dijo que comunión es aceptar a la comunidad y encontrarse en ella y esos fueron nuestros ocho días en Puerto Rico, fueron ocho días de comunión, ocho días de amor a flor de piel, ocho días de encontrar a Dios fuera de las palabras y ya en las acciones.
Es increíble cómo hasta los sentimientos más complejos se pueden explicar de cierta forma con la biología, y es que las maravillas del mundo no están en el cemento ni en la ingeniería en sí, sino en lo común, el amor al igual que un hongo se reproduce por esporas que están en el aire y dependiendo de las condiciones ambientales estas esporas germinan y crean células alargadas llamadas hifas, esto podría ser asociado a los pequeños encuentros y la empatía que se genera (lo que algunos dicen química), las hifas crean entre si una red que se percibe como una estructura algodonosa llamada micelio, asimismo se inician las redes en las que desarrollamos tal vez no una amistad pero si una pequeña comunidad de cuidado. Es también un milagro que se pase del micelio, porque se necesitan condiciones especiales, como humedad, sol y un terreno acorde, lo mismo sucede con las redes de cuidado, no de todas brotan amistades, porque en efecto se necesitan condiciones muy especiales para esto. Cuando estas condiciones son acordes el micelio forma los primordios que son etapas tempranas de desarrollo de los cuerpos fructíferos, estos son la fase temprana del hongo maduro, estos primordios están cubiertos por una capa protectora llamada velo universal, asimismo nosotros nos acercamos a los demás, con un velo protector sin mostrar completamente lo que acontece dentro para así poder generar una confianza desde el cuidado de mí mismo y del otro, que al cumplir su ciclo deja madurar al hongo y en este caso al “Ágape” llamado así por los griegos y que denomina el amor como el cuidado del otro ya que su prioridad es el bienestar de la comunidad.

Puerto Rico está envuelto en muchas realidades que podrían ser disociativas, pero la presencia de algo tan poderoso como el amor puede generar una vinculación mucho más allá de lo que se pude imaginar un hombre cualquiera como yo, que solo conto con la fortuna de vivirlo con un grupo increíble de personas.

Si no hay plata para el almuerzo menos para un libro.


Según el ranking que publica anualmente Scimago Institutions Rankings sobre las mejores instituciones educativas de Iberoamérica, las 5 mejores universidades de Colombia son: Nacional de Bogotá (puesto 37), Universidad de Antioquía (puesto 75), Universidad de los Andes (puesto 87),  Universidad del Valle (puesto 125) y por último la Universidad Javeriana (puesto 128)[1], nos demuestra que las Universidades públicas de Colombia tienen la mejor calidad educativa (3 de las 5 son públicas) y que el pagar mucho no es equivalente a bueno. Pero esto también nos muestra algo que personalmente preocupa, y es qué el sistema educativo de Colombia, a nivel de pregrados es muy bajo en comparación con Iberoamérica, que podría entenderse si se analiza la política de educación en grandes potencias como Brasil, México y España, pero igual en comparación los precios de unas y otras no tienen equiparabilidad.
La primera Universidad privada del ranking es la pontificia universidad Católica de Chile, en el puesto 32, (luego de varias Universidades Públicas en su mayoría de Brasil y España). La carrera más costosa es Medicina que tiene un valor anual de $5’487.000 pesos chilenos, que al cambio actual de nuestro peso colombiano es $25´414.449,3, en una universidad Top de Chile y de Latinoamérica. En relación a los $39’968.000 que paga un estudiante en la universidad de los Andes, la mejor universidad privada del país según el mismo ranking, pero casi 40 puestos más por debajo de la chilena,  no se  explica de ninguna forma el sorprendente precio semestral en contraste con la chilena.  Esto facilita la decisión de un estudiante colombiano para entrar a una universidad privada en Colombia, o aplicar a una pública en el extranjero y a una pública en el país.
Una carrera en una universidad privada en Colombia puede llegar al escandaloso costo de 240 millones, sin contar con los gastos que acarrean la compra de materiales y fotocopias.
 Es entonces, sin duda alguna, la fuga de cerebros  un problema que realmente no le interesa a las entidades educativas del país, por lo menos a las privadas, como egresado de una de las Universidades antes nombradas, me preocupa aún más la inoperancia de las mismas frente a estas estadísticas y rankings, que solo perjudican a los estudiantes que invierten millonadas en su educación, pensando que las mejores opciones las consiguen dentro del país y quedando completamente en ridículo al compararse con otros profesionales del mundo.
Lo anteriormente mencionado lleva a la creación de peores instituciones educativas, cada vez más retrasadas con respecto a sus pares en el mundo, dando un pésimo manejo a la educación, que es un negocio privado en Colombia y que cada vez más aumenta los bolsillos de unos pocos que se han visto beneficiados por la “neoliberalidad” de los gobiernos y sus políticas en educación.
Las políticas ineficientes del ministerio de educación para incentivar la investigación y repatriar cerebros, con préstamos que no tienen intereses realistas, o sencillamente con fechas límite que perjudican la investigación, y el corte de presupuestos para las Universidades públicas, llevan cada vez más a nuestros jóvenes mentes a preferir estudiar y trabajar en otros países, que les ofrecen mínimos económico y de calidad de vida muy superiores a los ofrecidos por Colombia.
La educación desde hace unos 25 años en Colombia se ha guiado por una postura totalmente neoliberal, que ha dejado fugar artistas, ingenieros, físicos y todo tipo de mentes brillantes que sencillamente no pueden mantenerse con los sueldos míseros que se les pagan a los profesores en Colombia, o a los investigadores que viven endeudados con Colciencias, en general las Universidades privadas no patrocinan investigación, ni apoyan investigaciones, publicaciones o trabajos de campo que apoyen la manutención de un “status” académico, se llenaron su propia mente con la creencia de avanzada que llenar de cemento sus campus o incrementar los metros cuadrados de sus academias les daba mejores resultados, o que esto realmente pesa en la calidad académica. Desafortunadamente esto no se ve reflejado en sus estudiantes y mucho menos en sus facultades y profesores.
A esto se le suma la calidad de vida que obtienen sus estudiantes al convertirse en profesionales, los índices de desempleo y de precarización en los primeros empleos de los estudiantes de Universidades como la Javeriana son bastante altos. La responsabilidad reside en las carreras también,  la ausencia de guías metódicas sobre cosas tan sencillas como hacer una hoja de vida, preparar una entrevista o hacer una hoja de ruta profesional hace que el egresado salga literalmente sin herramientas al mundo real a rebuscársela. Además la poca ayuda que reciben los nuevos profesionales desde las oficinas de egresados para conseguir empleo, sin bolsas de empleo decentes ni guías vocacionales que les ayuden a encontrar lo que buscan.
Un recién egresado que esté dispuesto a seguir su formación académica, debe además estar dispuesto a desembolsillar entre 40 y 120 millones de pesos, dependiendo de su carrera y la especialidad que quiera estudiar, esto comparado con el costo de una universidad Pública en Europa y el costo de mantenimiento es no solo similar sino que más económico, sin mencionar el plus de la experiencia, el problema real de esto no es solo político sino de mentalidad. Las universidades y en general estado prefiere financiar la fuga de cerebros que apoyar programas de apoyo académico e investigación en el país,  no es necesario aclarar que los países potencia mundial gasta un rubro considerable en investigación, porque sencillamente invertir en crear tecnología y conocimiento es más económico y rentable que comprar patentes y ejecutar experimentos de teorías desarrolladas en lugares ajenos a las realidades del país.
Mientras en la generalidad este mal visto pagarle un sueldo decente a un profesor, sin importar el grado de escolaridad al que entregue su conocimiento, seremos una sociedad destinada a fracasar y aumentar cada vez más las brechas que separan las clases sociales actuales.




[1] Datos recogidos de: http://static.iris.net.co/dinero/upload/documents/Documento_206753_20150312.pdf

martes, 18 de agosto de 2015

El común de lo común, convivir con la miseria ¿es Natural?

El común de lo común, convivir con la miseria ¿es Natural?



Según el DANE la pobreza extrema en el país se ha ido erradicando de manera sistemática desde el año 2002, es desde el mismo, que empezó de manera drástica a disminuir, y asimismo la desigualdad, hasta el 2012, año en el que llegó a un estancamiento.

En las estadísticas presentadas por el DANE y la ONU, se asume que un hogar sale de la pobreza absoluta si sus integrantes tienen ingresos mayores a los $211807 Pesos Colombianos (COP) mensuales, que representan la carga calórica para la supervivencia de cada persona dentro del país, o lo que se le llama comúnmente la canasta familiar. Es decir que, un hogar conformado por 4 personas debe obtener como mínimo $847228 Cop, para no estar en pobreza extrema. A esto se le debe añadir que el 29.3% de la población colombiana no alcanza a obtener más del mínimo vital ($211807 COP mensuales por persona) para sostenerse.

Según el DANE, la pobreza bajó en un 2% pero el coeficiente GINI[1] no disminuyó sino en un 0.002 puntos, es decir que, mientras salen 811 mil personas de la pobreza, los índices de desigualdad no se mueven, lo cual tampoco es un gran aliciente, no sólo porque no disminuye, sino porque el coeficiente en Colombia es uno de los más bajos del mundo, 0,502, es decir, los ricos siempre han sido los más ricos, la clase media cada vez más reducida, y los pobres además de ser más pobres, cada vez somos más.

Pero y esto qué tiene que ver con lo común, se preguntará Ud. como lector. Muy sencillo, el ciudadano en Colombia se acostumbró a este movimiento expansionista de desigualdad, y no sólo se acostumbró, sino que sencillamente ya no le interesa. Cifras imp0actantes como esta: “Medidos los ingresos percibidos por los hogares colombianos, en estado de pobreza está el 45,5% de nuestra población, es decir, 19 millones 900 mil colombianos y en estado de indigencia hay un 16,4% de la población, es decir, 7 millones 200 mil colombianos.” (Vanguardia), no llegaron a los oídos de quienes siguen pendientes de la novela y el “reality” del momento.

Se puede tomar como ejemplo la ciudad capital, en Bogotá habitan 6,763 millones de personas, de los cuales el 10,2 % viven en la pobreza, es decir unos 680 mil bogotanos obtienen mensualmente un poco más de $220.000 COP al mes para sobrevivir y 67630 personas no reciben ni siquiera eso. Además el promedio de la canasta básica en Bogotá es mayor al promedio nacional ($229.672 COP). Esto presupone que una familia de 4 integrantes debe obtener casi un millón de pesos mensuales para poder mantenerse dentro del espectro de pobreza. “La línea de pobreza es el costo per cápita mínimo de una canasta básica de bienes (alimentarios y no alimentarios) en un área geográfica determinada. En 2014 la línea de pobreza en Bogotá D.C. fue de $229.672 con aumento de 2,7% con respecto a 2013, cuando fue $223.5372. De acuerdo con lo anterior, un hogar en Bogotá D.C. compuesto por 4 personas, será clasificado como pobre si su ingreso está por debajo de $918.688.” (DANE, 2015). Esta dura realidad, confrontada con el salario mínimo ($644.350 COP) más el promedio salarial en Colombia (que esta entre 600.000 y 1’000.000 según cifras de la encuesta realizada por “trabajando.com y Portafolio”[2]) no da un mensaje alentador para el colombiano promedio.
Es de hecho aún más desalentadora la visión generalizada que se tiene del problema y las formas de solucionarlo.

la distribución de la riqueza y los recursos de nuestro país, está concentrada en un pequeño grupo de personas, no está dividida de una forma equitativa, ni mucho menos, repartida entre la gran mayoría de la población colombiana ya que este aspecto ha sido generalmente ignorado por el gobierno que están enfocadas en el actual nivel de ingresos, consumo de las personas y no en la pobreza como un problema de gran magnitud (Ruiz, 2012) Esto no solo afecta la forma de atacar el problema por parte de la sociedad civil, sino que ha empezado a empeorar no solo la visión del ciudadano hacia su contrato social con el Estado, tal vez la ineficacia del mismo en la reducción real de la desigualdad, en la creación de empleos más dignos y salarios que realmente representen los gastos del mismo.

Es un golpe a la moral del colombiano el saberse siempre pobre, o eso sería lo lógico a pensar, pero no es así, en Colombia es común pensar que mientras se obtenga el sustento diario no se es pobre, o sencillamente se hace una comparación cercana con el que esté peor. Una serie de valores morales se han ido aclimatando cada vez más en nuestra sociedad, y esto es lo que se inculca desde siempre, por esto mismo se ve en los índices una escasez de profesionalización, y una actitud generalizada a la política, por lo mismo la educación política es también bajísima, se aumenta el desinterés de lo que sucede en las huestes del poder público y de cierta forma se exacerba un sueño Neoliberal que es el que alimenta la relación social de los habitantes del país, “me interesa lo mío y lo que hago” aumentando las brechas de desinterés social general.

La pobreza del país no es una pobreza en biodiversidad ni en capacidades, es una pobreza de apropiación de derechos y deberes, en saberse dentro de un sistema criollo de valores y no querer cambiarlo, y es que no es que seamos cómodos, sino que sencillamente nacemos derrotados, al parecer, nuestra estructura social se ha desviado de tal forma que realmente no buscamos salir de la pobreza sino mantenerla. Jaime Garzón decía en el año 1993 que los problemas del país no son nuevos y realmente es así, llevamos más de 100 años desangrándonos entre nosotros, por eso mismo es común hacer parte de esa franja de mínima supervivencia, por eso lo común es no votar para cambiar las cosas, por eso lo común es dejar hacer lo que sea a esos, los dé por allá tan lejos que manejan los hilos.

Lo común está, no en ser parte de ese margen de pobreza nada más, lo común es el desarraigo a las instituciones, es el criticismo excesivo sin proposición, lo común es hundirnos cada vez más entre nosotros mismos y quejarnos del barro que nos ensucia. Como propuesta, hagamos de la decencia y la cultura lo común, la apropiación de lo público y la credibilidad en la gente como algo común, hagamos de esto un nuevo comienzo para lo que merecen las generaciones que vienen, proponer no es fácil pero dar el ejemplo es la mejor forma de hacerlo.




[1] El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad, se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país en donde 1 es desigualdad absoluta y 0 es igualdad absoluta.
[2] http://www.portafolio.co/portafolio-plus/salarios-profesionales-colombia

jueves, 23 de julio de 2015

Lo que Pablo Escobar le hizo a mi pizza de pollo con champiñones.

Durante el puente del 20 de julio del presente año me fui de Camping (a lo “pobre”) de paseo con dos amigos a una de las autoproclamadas maravillas de Colombia, con un presupuesto ajustado y una carpa de soltero que cada vez que entraba se hacía increíblemente más acogedora.
La salida de Bogotá estaba planeada a las 10 am y se pospuso para las 11 por un trancón de cobijas en mi casa y en la casa de mis compañeros de viaje. Luego de salir de Bogotá y durante unas 4 horas de recorrido por una carretera espectacular (debo admitir que la concesión de la ruta del sol está absolutamente bien ejecutada, vías de hasta 3 carriles y sin huecos, por llanuras y túneles, hacen que viajar de Bogotá a Medellín sea en verdad un paseo y no una tortura llena de malos pasos), en la que al final llegamos a lo que ahora es un parque temático y que en sus inicios era la Hacienda Nápoles, uno de los fortines y sitios de descanso más famosos del mundo del narcotráfico y en general de Colombia. Desde la carretera se puede apreciar la avioneta donde Pablo Escobar llevaba sus primeros kilos de Cocaína importada desde Ecuador y aun así esto no me escandalizó, pues sentí una cierta afinidad con los empresarios que tomaron la hacienda y le dieron un nuevo significado.
Luego de unos 20 o 30 minutos más andando por la carretera llegué a otro de los “hitos” históricos del narcotráfico en Colombia, Doradal, un pueblo de paso al parecer, pero que solo después de probarlo entendí el daño real que le había hecho alguien como Pablo Escobar al mismo. Como mencioné anteriormente, estuve solo de “Paso” ya que no nos detuvimos en el pueblo ni a refrescarnos porque debíamos llegar pronto al parque a armar las carpas y decidir el cronograma del fin de semana.
Al Parque llegamos entre 5:40 y 6:00 pm y esto nos dificultó un poco el levantamiento de las carpas, pero al final todo salió sin ningún tipo de problema. Fue entonces cuando tomamos una decisión que cambiaría mi perspectiva sobre Doradal y su historia para siempre. Como recién llegábamos al sitio decidimos ir a mercar al pueblo más cercano, que era el anteriormente mencionado, eran las 7-8 de la noche y encontrar una tienda para hacer mercado fue más complicado de lo que esperábamos. El pueblo estaba totalmente despierto con discotecas y Moteles con luces prendidas, algunos restaurantes abiertos y quien lo creyera droguerías por doquier, pero tiendas de pueblo no se veían por ningún y empecé ahí mismo a cuestionarme el porqué de tal cosa. Finalmente luego de unos 10 minutos de caminata, porque el pueblo tampoco es muy grande, encontramos una tienda de abarrotes que tenía todo tipo de licores y desechables, pero de comida muy poco, nos conformamos con el atún y el botellón de agua, además de algunos paquetes para cenar.
Al siguiente día iniciamos la exploración del parque, gusto que compartí con varios extranjeros y muchos más visitantes que venían de Medellín y sus alrededores. Debo aceptar que no me quejo del manjar que se dieron mis ojos con siliconas desfilando y que fue mucho más de lo que imaginaba y esperaba. Mujeres con brasieres y escotes a la orden del día, todas acompañadas de su novio (asumo), que casi siempre demostraba su machismo y malas maneras en sociedad (eructos y gases frente a su mujer mientras se reía y decía que el guayabo estaba muy gonorrea ome!), tal vez esto me predispuso un poco para lo que sucedería unas horas después, luego de haber explorado el parque y el rio decidimos cenar en algún restaurante y para lo mismo elegimos el pueblo; creíamos que allí tal vez podríamos encontrar una opción más económica que las que ofrecía el parque y de cierta forma así fue.
Llegamos a las 8pm al parador que queda justo en el límite del pueblo (aquel que tiene un hipopótamo deforme en su entrada), con un presupuesto de 25 mil pesos colombianos para una cena de 3 personas y por esto mismo decidimos que una buena opción sería ir a un asadero y comprar un pollo y dividirlo entre tres. Y fue así como iniciamos una búsqueda que no daría frutos en cuestiones alimenticias pero que si me mostraría mucho más del pueblo y que respondería a manera de Insight las preguntas con las que venía del día anterior. Decidimos buscar el susodicho asadero (asumiendo que como en cualquier otro pueblo habrían varios al alcance de nuestro presupuesto). En esta búsqueda conocimos el centro del pueblo y su iglesia, asimismo descubrimos que existen 3 droguerías  por cada dos cuadras y un relativo de 6 y 5 discotecas por km cuadrado del pueblo, cada una con su respectivo motel al lado, en este momento empecé a malpensar un poco sobre la idiosincrasia del pueblo, pero no profundice en el tema. Luego de caminar durante unos 30 minutos terminamos regresando a la carretera y entrando a un sitio de pizzas llamado Bambino´s Pizza. Totalmente rendidos por la frustrada búsqueda del asadero nos sentamos en la primera mesa que encontramos y decidimos hincarle el diente a una porción de pizza del sitio. Desde que nos sentamos hasta que nos atendieron pasaron unos 20 minutos, para lo cual uno de mis compañeros tuvo que levantarse y hablar con una de las meseras del sitio; acto seguido revisamos la carta y cuando quisimos hacer el pedido ya no estaba la persona a nuestro lado. Luego de un sinfín de señas apareció una persona distinta que de cierta mala gana nos preguntó que queríamos comer, en ese momento yo cerré la carta y le dije: Quiero una pizza de Salami con pollo; pero cual sería mi desdicha cuando moví mi cabeza y me di cuenta que de nuevo el mesero había huido de nuestra mesa. Cinco minutos después volvió a aparecer esta vez con una libreta en la mano y repetí mi pedido. Acto seguido el mesero me miro a los ojos y con cara seria me dijo:
-Voy a revisar que pizzas hay porque no sé.
Sin importar mi cara de asombro volvió a desaparecer entre las mesas y se acercó a lo que creo era la caja y casi de manera inmediata volvió para decirnos que solo había pizza hawaiana, que si queríamos de alguna otra debíamos pedir una pizza mediana o grande por lo que decidimos pedir una pizza mediana de Pollo y Champiñones para los tres. El mesero nos miró y respondió de manera algo despectiva:
-          Bueno pero se les demora unos 20 minutos.
Asentimos a la vez todos los miembros del grupo y nos dispusimos a esperar, luego de 40 minutos de espera, en la que vimos entrar y salir personas por la misma razón, cansancio de esperar y tal vez más ganas de ir a alguno de los “rumbeaderos” y moteles cercanos. Justo en ese momento regresó nuestro mesero para hacernos una pregunta con cierta malicia implícita:
-          Su pizza aún se demora unos 20 minutos, ¿van a esperar o…?
La cara de los tres fue la misma, entre la sorpresa y el enojo asentimos; el mesero entonces vio llegar un par de camionetas de la cual se bajó un hombre vestido de camisa y pantalón con la que creo era su esposa y tres hombres más. En cuanto los vio corrió a limpiar su mesa y a mostrarles el menú y fue en ese momento que nos golpeó, la realidad del pueblo al fin llegaba a nuestra visión de visitantes: el mesero no era sencillamente malo, no era un pésimo establecimiento, era la cultura en general del sitio. Ahí nos dimos cuenta del daño que había hecho pablo Escobar 20 años atrás, les quito de su mente la idealización del trabajo y de lucha, convirtió a Doradal en su Chochal privado, su pueblo de bacanales y al hacerlo destruyo todo lo que pudo a su paso. Doradal es un pueblo lleno de moteles y restaurantes porque se siente así, sus habitantes (hablo desde el desconocimiento que dan solo tres días de visita) se sienten parte de ese tipo de sociedad, por lo mismo no se interesan en explotar su posición estratégica, no solo frente al cañón sino en la carretera,  se acostumbraron a ser el sitio que ofrece el trago, la rumba y las putas, pero de ahí no salieron, a pesar de la muerte de Pablo (quien aún es el santo de devoción del pueblo).
Lo peor no era solo eso, Doradal no es un caso aislado, la cultura narco ha calado tanto en la sociedad antioqueña que exacerbo ciertos tipos de conductas en sus mujeres y hombres. El sueño de ser gatillero y empezar a escalar en la pirámide criminal sigue siendo el “colombian dream”, asimismo es el ponerse tetas y operarse toda para levantarse al susodicho lavaperros y agarrarlo verdecito, o apuntarle al capo y esperar que se enamore, todo dentro de la misma sociedad. Y es que esta cultura narco no nos toca solo en el centro del país, en Cali, Bogotá, Pasto, Barranquilla y todas las ciudades donde han pasado tiempo los narcotraficantes y sus dólares llenos de sangre han manchado a la sociedad colombiana, nuestra pseudo nobleza criolla se encuentra tan untada de criminales que ni siquiera ellos son capaces de apuntar con el dedo, solo el de a pie es el que vive limpio. Casos como los del “papero” y el club el nogal pululan por nuestra sociedad que de cierta forma los adula y sueña con ser como ellos; es por eso mismo que no me extraña que una persona con vínculos cercanos al cartel de Medellín y a los paramilitares haya sido presidente y reelecto. Es tan triste nuestra idiosincrasia que de cierta forma todos somos como el mesero del restaurante estamos esperando aquel personaje lleno de dinero para, ahí sí, demostrar nuestra valía, y apuntarnos en una carrera hacia el éxito fácil y sin esfuerzo.

La mentalidad enana que dejaron los narcos en nuestro país es lo que ha explotado en nuestras caras miles de veces, la misma que nos ha mantenido en una guerra durante más de 50 año, que ha llevado a masacres y que ha mantenido en el poder a cierto grupo, el narcotráfico nos hizo un daño terrible, el daño terrible que hace la plata fácil a quien se acostumbra a obtenerla de esa forma. Y es que el facilismo colombiano no es algo de que enorgullecerse, sino algo que deberíamos erradicar, pero debido a su inmediatez y a la falta de visión nos ha llevado a mantener dentro de nuestra cultura cosas vergonzosas como orgullos patrios.